DESDE EL DIVÁN

12.8.07

Freudiando

El amor excede las fronteras de la ciencia, por ahora. El genio de Freud hizo rodeos y ensayó ardides para atraparlo con palabras, pero el amor, sonriente, aún no se resignó a las rejas de una definición pétrea. Anda abrazado con la sexualidad, pero no es sólo sexualidad, aunque de ella se nutre. Sigue fascinando con el misterio de que la felicidad y la completud se producen cuando uno ama y es amado; cuando fluye el manantial de una poderosa emoción que incluye valoración intensa, respeto, interés, apego, deleite, ayuda y honda consideración por el ser amado.

-Marcos Aguinis

6 Comentarios:

  • Soy el pri???????

    Me dejo perplejo esta reflexion... Marcos Aguinis es capaz de decir estas cosas?????? jijijijiji

    Por Blogger Don Arturo de Quilpue, A la/s 10:16 p. m.  

  • Relacionado con esto Octavio Paz dice que el amor es la parte superior de la llama. En la base estaría el sexo, un poco más arriba el erotismo.

    Por Blogger sergio, A la/s 1:49 p. m.  

  • Ojalá estos textos le ayuden a ahondar en su reflexión sobre el amor. Téngales paciencia, trátelos con amor y los textos le darán lo suyo.



    CIRCUNSCRIBIR

    Para reducir su infortunio, el sujeto pone su esperanza en un método de control que le permita circunscribir los placeres que le da la relación amorosa: por una parte, guardar esos placeres, aprovecharlos plenamente, y, por la otra, cerrar la mente a las amplias zonas depresivas que separan estos placeres: “olvidar” al ser amado fuera de los placeres que le da.

    1.

    Cicerón, y después Leibniz, opusieron gaudium y laetitia. Gaudium es el “placer que el alma experimenta cuando considera la posesión de un bien presente o futuro como asegurada; y estamos en posesión de ese bien cuando se encuentra de tal suerte en nuestro poder que podemos gozar de él cuando queremos”. Laetitia es un placer alegre, “un estado en que el placer predomina en nosotros” (en medio de otras sensaciones a veces contradictorias).

    Gaudium es aquello con lo que sueño: gozar de una posesión vitalicia. Pero no pudiendo acceder a gaudium, del que estoy separado por mil obstáculos, sueño con replegarme en laetitia: ¿si pudiera obtener de mí mismo limitarme a los placeres que el otro me da, sin contaminarlos, sin mortificarlos con la angustia que les sirve de juntura? ¿Si pudiera tener de la relación amorosa una visión antológica? ¿Si comprendiera, en un primer momento, que una gran preocupación no excluye momentos de puro placer (como el capellán de Madre Coraje al explicar que “la guerra no excluye la paz”) y si consiguiera, en un segundo momento, olvidar sistemáticamente las zonas de alarma que separan estos momentos de placer? ¿Si pudiera ser atolondrado, inconsecuente?

    2.

    Ese proyecto es loco, puesto que lo Imaginario es precisamente definido por su coalescencia (su engrudo), o todavía más: su poder de impregnación: nada, de la imagen, puede ser olvidado; una memoria extenuante impide abandonar a voluntad el amor, en suma, habitarlo sabiamente, razonablemente. Puedo muy bien imaginar procedimientos para obtener la circunscripción de mis placeres(convertir la escasez de frecuentación en lujo de la relación, a la manera epicúrea; o, más aún, considerar al otro como perdido, y por lo tanto experimentar, cada vez que él vuelve, el alivio de una resurrección), pero es un vano trabajo: la miseria amorosa es indisoluble; se debe sufrir o salirse: arreglar es imposible (el amor no es didáctico ni reformista)

    Roland Barthes
    Al que ingrato me deja, busco amante;
    al que amante me sigue, dejo ingrata;
    constante adoro a quien mi amor maltrata;
    maltrato a quien mi amor busca constante.

    Al que trato de amor, hallo diamante,
    y soy diamante al que de amor me trata;
    triunfante quiero ver al que me mata,
    y mato a quien me quiere ver triunfante.

    Si a éste pago, padece mi deseo;
    Si ruego a aquél, mi pundonor enojo:
    De entrambos modos infeliz me veo.

    Pero yo, por mejor partido, escojo
    de quien no quiero, ser violento empleo;
    que de quien no me quiere, vil despojo.

    Sor Juana Inés de la Cruz. Poesías escogidas.
    Bs As. Estrada, 1943.



    Definición del amor

    Ese hielo abrasador, es fuego helado,
    es herida que duele y no se siente,
    es un soñado bien, un mal presente,
    es un breve descanso muy cansado.

    Es un descuido que nos da cuidado,
    un cobarde con nombre de valiente,
    un andar solitario entre la gente,
    un amar solamente ser amado.

    Es una libertad encarcelada,
    que dura hasta el postrero paroxismo;
    enfermedad que crece si es curada.

    Este es el niño Amor, éste es su abismo.
    ¡Mirad cuál amistad tendrá con nada
    el que en todo es contrario de sí mismo!

    Francisco de Quevedo. Antología poética.
    Valencia, Terraza, Aliena y Cía editores. 1882.



    Amor se fue

    Amor se fue; mientras duró
    de todo hizo placer.
    Cuando se fue
    nada quedó que no doliera.

    Macedonio Fernández. Argentina (1875-1952)



    YA NO

    Ya no será
    ya no
    no viviremos juntos
    no criaré a tu hijo
    no coseré tu ropa
    no te tendré de noche
    no te besaré al irme
    nunca sabrás quién fui
    por qué me amaron otros.

    No llegaré a saber
    por qué ni cómo nunca
    ni si era de verdad
    lo que dijiste que era
    ni quién fuiste
    ni qué fui para ti
    ni cómo hubiera sido
    vivir juntos
    querernos
    esperarnos
    estar.

    Ya no soy más que yo
    para siempre y tú
    ya
    no serás para mí
    más que tú. Ya no estás
    en un día futuro
    no sabré dónde vives
    con quién
    ni si te acuerdas.
    No me abrazarás nunca
    como esa noche
    nunca.

    No volveré a tocarte.

    No te veré morir.

    Idea Vilariño.



    LO QUE SIENTO POR TI
    Lo que siento por ti es tan difícil.
    No es de rosas abriéndose en el aire,
    es de rosas abriéndose en el agua.
    Lo que siento por ti. Esto que rueda
    o se quiebra con tantos gestos tuyos
    o que con tus palabras despedazas
    y que luego incorporas en un gesto
    y me invade en las horas amarillas
    y me deja una dulce sed doblada.
    Lo que siento por ti, tan doloroso
    como pobre luz de las estrellas
    que llega dolorida y fatigada.
    Lo que siento por ti, y que sin embargo
    anda tanto que a veces no te llega.

    Idea Vilariño.

    Por Blogger sergio, A la/s 7:02 p. m.  

  • Ah, obviamente no espero comentario alguno. Lo que sí, me gustaría que con el tiempo me dijera que imprimió alguno y que todavía lo acompaña.

    El primer texto es de Barthes, el segundo sin título, de Sor Juana.

    Por Blogger sergio, A la/s 7:03 p. m.  

  • Querido Dr.K. Como no tengo su e-mail le dejo aquí lo que le prometí. De paso lo invito a explorar el sitio completo que creo que encontrará de su agrado.
    Teclado laser!
    coco.

    Por Anonymous Anónimo, A la/s 3:58 p. m.  

  • La muerte es un tipo de soledad, mmm, interesante.

    Me hiciste recordar a Viktor Frankl, cuando pregunta a sus pacientes porqué no se suicidan, y entonces los pacientes dicen porqué y de ahí empieza a encaminar su terapia. Interesante.

    Un saludo desde Ciudad de México.

    Sergio.

    Por Blogger Darío Zetune, A la/s 1:23 p. m.  

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