HOMOFOBIA INTERNA

(antes de leer esta nota les aclaro que no pretendo que uds se sientan identificados con lo que dice ni lo comparen con su propia experiencia, ni que pongan en duda si lo que dice es interesante o no. Yo sí me siento identificado con mucho de lo que dice, y por eso está hoy acá, quizás, para que me entiendan un poco más)


Algunas consecuencias de ser homofóbicos

Incorporamos la homofobia desde el momento mismo del nacimiento, moldea nuestro modo de ser, la forma en que vemos el mundo, influye en nuestra autoestima y en la forma en que nos vemos. Hace que elaboremos defensas contra un mundo supuestamente hostil. Condiciona nuestras relaciones con los demás. Nos genera culpa y vergüenza de nosotros mismos, pero también de aquellos que son como nosotros produciendo nuestras actitudes y conductas discriminatorias dentro de la propia comunidad glttb.

Y si bien la homofobia es padecida por todo el mundo, son las personas homosexuales las que deben luchar contra ella cotidianamente. Hacia fuera, pero lo que es peor, también dentro de uno/a mismo/a.

En algún momento que va desde la infancia a la adolescencia nos damos cuenta que somos "diferentes" y somos concientes de esa "diferencia" por el largo entrenamiento cultural que recibimos y que nos enseña una forma del deber ser hombre o mujer.
Para defenderse de ese sentirse "diferentes" las personas homosexuales desarrollan una serie de mecanismos cuya finalidad suele ser ocultarse de la mirada de los otros, los supuestamente "normales".

Aparece entonces el autocontrol para evitar que los otros se den cuenta en una palabra, en un gesto... de ahí a la automarginación no hay más que un paso. Este control y marginación no son gratuitas: conllevan pérdidas –de espacios, de amigos, de vínculos.

La angustia y la depresión son compañeras habituales de estas pérdidas.

En muchos casos hay una gran dificultad para insertarse en los diferentes espacios en que nos movemos: el estudio, el trabajo y algunas veces, no pocas, en la propia familia.
No es infrecuente la aparición de fobias sobre todo la fobia social, generando personalidades introvertidas.

El mundo empieza a verse con el tiempo, lenta, pero inexorablemente con un doble estándar. Por un lado están las personas que "saben" y por el otro aquellas que "no saben". El mundo se tiñe de un sentimiento paranoide: el de ser descubiertos/as.

Como los parámetros homofóbicos de la cultura tienden a estigmatizar a las personas homosexuales todo el proceso se acompaña de dos sentimientos que indican el grado en que las personas homosexuales se hacen cargo de esta "carga" social: la culpa y la vergüenza.
Ambas apuntan a una supuesta elección de la orientación sexual por parte de las personas dando lugar a una baja autoestima que limitará las posibilidades para desenvolverse intelectual, laboral y afectivamente.

La identidad no se forma individualmente: necesita de un ida y vuelta, de un reconocerme, pero mucho más es necesario que los otros me reconozcan y me aprecien.

Por eso un elemento fundamental del proceso identitario es el contexto social que nos brindan los grupos de pertenencia, de pares. Pero si yo me siento "diferente", anómalo y creo que lo que me pasa a mí no lo pasa a otros, la sensación de soledad y desapego hace que una parte de mí quede como latente.

El proceso de convertirse en persona, de tener una identidad, es, sin lugar a dudas, complejo para todos y todas, pero cuando la persona se ve interceptada por una negación de quien es, por la imposibilidad de aceptarse a sí mismo/a, ese proceso formativo se interrumpe y quedamos como incompletos, nos falta algo.
Esta formación de identidad tendría entonces dos partes para cualquier persona homosexual. Un primer paso de negación del sí mismo con las consecuencias que esbozamos en este artículo y un segundo paso que es cuando podemos reanudar el proceso para lo cual debemos iniciar otro recorrido que va en sentido inverso: conseguir una visión positiva de uno mismo.